Esta pequeña fruta es una verdadera maravilla para la salud. Ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, a curar la cistitis, a frenar los resfriados y a fortalecer las defensas, entre otros beneficios.
Su tamaño es el de una nuez y posee forma de pera, de piel brillante color púrpura y carne blanca y fina, sembrada de pequeñas semillitas comestibles que aportan un sabor amargo.
Su interior está formado por capas gruesas, carnosas, donde se acumulan los nutrientes de la planta y protegidas por membranas finas, secas, delgadas y semitransparentes.
Su raíz se compone de 6-12 bulbillos, conocidos tradicionalmente como dientes de ajo, unidos por la base formando un cuerpo con forma redondeada llamada ‘cabeza de ajos’.
La berenjena debe consumirse lo más pronto posible desde el momento de su recolección y debe conservarse en un lugar refrigerado, para que no se formen manchas y no comience a tomar un sabor amargo.